Caldos

El sábado 2 de marzo nuestra clase continuó con la preparación de caldos, Miguel nos dio la receta de un caldo de preparación fácil y rápida.
 
CALDO DE CENIZA
 
-3 kg. de ceniza
-20 lts. de agua
 
Se pone a hervir el agua y se vierte la ceniza, se cuela y se utiliza en aspersor para aplicación foliar.
 
Luego proseguimos a preparar caldo silicosulfocálcico, a continuación los ingredientes:
 
-1/2 kg.de cal
-1/2 kg. de ceniza
-2 kg. de azufre
-20 lts. de agua
 
En una cubeta o recipiente se vierte la cal, la ceniza y el azufre, se mezclan muy bien a mano tratando de deshacer los pedazos que han quedado compactados. Cuando el agua ha hervido, se vierten los polvos y se mueven sin parar, el tiempo varía según el fuego. La señal que nos indica que nuestro caldo está listo es el cambio de color de la preparación; esto es de amarillo a ámbar. Debemos dejar enfriar para utilizarlo. Esta sustancia la podemos utilizar los seis meses siguientes siempre y cuando se le mantenga bien tapado y en un lugar oscuro. Si a este caldo le agregas infusión de hojas de nim o de tabaco, se convierte en un plaguicida más potente.

 
Miguel vertiendo la mezcla de cal, ceniza y azufre en el agua hirviendo
 
 






















Color de la mezcla al inicio y al final
 
 
Dejamos enfriar la mezcla y mientras tanto comenzamos a preparar nuestra cama de cultivo. La forma ya estaba dada previamente, en ello no tuvimos participación por el momento. Nos tocó llenar la cama primero con hojas secas, luego se le echó tierra, posteriormente se le agregó composta y con el bieldo y el azadón se mezcló con la tierra. Para finalizar se virtió bocashi y se mezclo nuevamente. La cama deberá regarse cuatro veces en una semana, el procedimiento tiene el objetivo de darle tiempo a que se reproduzcan los microorganismos y los nutrimentos de la tierra se liberen enriqueciendo el sustrato donde plantaremos.
 
 
 

 



Luego Edza nos propuso ir a ver el terreno donde haremos nuestro huerto, nos comentó que hay que fijarnos muy bien de qué lado sale el sol ya que las plantas necesitan seis horas de sol al día para crecer sanas; si la zona es inundable, el tipo de suelo, por donde soplan los vientos puesto que existen plantas que no toleran los vientos como los jitomates. Acto seguido limpiamos el terreno y se midió para diseñar lo que será la forma y ubicación de nuestra cama de cultivo.
 
 
 


En la siguiente clase veremos cómo las fases de la luna influyen en las plantas y aprenderemos a sembrar.

 
 


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